HABEMUS PAPAM

Habemus papam: el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio será Francisco I. Ocho años después, el cardenal argentino ha sido elegido Papa de la Iglesia Católica después de que en el cónclave de 2005, en el que se eligió a Joseph Ratzinger, fuera el segundo cardenal con más votos después de Benedicto XVI. No sólo será el primer Papa iberoamericano de la Historia: también será el primer jesuita que se siente en el Trono de Pedro.

Jorge Mario Bergoglio, (Buenos Aires, 17 de diciembre de 1936) es el papa número 265 de la Iglesia católica y también el primer Papa jesuita e iberoamericano del orbe católico.

Fumata blanca a las 19.05:

La chimenea del Vaticano anunciaba urbi et orbi que la Iglesia Católica ya tiene Sumo Pontífice y sucesor de Benedicto XVI. De una manera rápida, en la quinta votación del Cónclave –la cuarta de este miércoles-, los 115 cardenales se han puesto de acuerdo para elegir al 266 sucesor de la Cátedra de Pedro que el cardenal Joseph Ratzinger dejó vacante con su renuncia el pasado 28 de febrero.


Francisco I, tras la elección y el humo blanco, y ser el nuevo Papa vestido en el llamado cuarto de las lágrimas con la sotana y el solideo blancos y con la estola roja y las sandalias púrpuras del pescador símbolo del martirio de Jesús y que son los hábitos propios de los Obispos de Roma. Antes, el Cardenal Decano, en nombre de todo el Colegio de los electores, le pidió el consentimiento a Bergoglio con las siguientes palabras: "¿Aceptas tu elección canónica para Sumo Pontífice?". Luego, le ha preguntado cómo quiere ser llamado, a lo que Bergoglio ha respondido: "Francisco I". Todo un ceremonial ritual en el que el cardenal Camarlengo, el exsecretario de Estado Tarcisio Bertone, le ha entregado al nuevo Papa el anillo de su Pontificado que besa, en gesto de lealtad y obediencia, el resto de cardenales. Después, acompañado también por el Camarlengo, ha ido a la zona privada en donde ha rezado antes de darse a conocer al mundo.
La Plaza de San Pedro, que estuvo abarrotada y masificada durante toda la tarde de ayer, estallo de júbilo al conocer al nuevo Papa que, cumpliendo con la tradición, pronuncio una primera bendición urbi et orbi anoche. Miles de ciudadanos romanos y fieles de todo el mundo no quisieron perderse un momento histórico, el primero en 600 años en el que dos Papas convivirán en el tiempo.
Oremos por nuestro nuevo Papa Francisco I, que nuestro Señor Jesucristo le de la fuerza para conducir nuestra Iglesia.