Santo(s) del día:
Ntra. Señora de los Dolores.
Santo
Evangelio según San Lucas 2, 33-35.
Su padre y su madre estaban admirados de lo que se decía de él.
Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: "Este está
puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal
de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!
- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos
corazones."
Meditación:
La Madre de Jesús ha sido
colocada por el Señor en momentos decisivos de la historia de la
salvación y ha sabido responder siempre con plena disponibilidad,
fruto de una profunda relación con Dios, madurada en la oración
asidua e intensa. Entre el viernes de la Pasión y el domingo de la
Resurrección, a ella se le confió el discípulo amado, y con él a
toda la comunidad de los discípulos. Entre la Ascensión y
Pentecostés, ella está con y en la Iglesia en oración. Madre de
Dios y Madre de la Iglesia, María ejerce su maternidad hasta el
final de la historia. Le encomendamos todas las fases del paso de
nuestra existencia personal y eclesial, no menos que la de nuestro
tránsito final. María nos enseña la necesidad de la oración y nos
muestra que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno de amor
con su hijo, podemos salir de "nuestra casa", de nosotros
mismos, con coraje, para llegar a los confines del mundo y proclamar
en todas partes al Señor Jesús, salvador del mundo. Benedicto
XVI, 14 de marzo de 2012.
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